Han transcurrido 10 años desde que Cheryl abandonó a Kurt, su marido, escapando con su bebé en brazos. Emily, la hija de ambos, sufre ahora leucemia y necesita urgentemente un trasplante de médula para salvar su vida. El único donante compatible parece ser su padre, y Cheryl intenta localizarlo. Finalmente lo encuentra y, aunque Kurt no se siente conmovido por la enfermedad de la pequeña, accede a someterse a las pruebas, pues cree haber encontrado la manera de saldar sus cuantiosas deudas.