Para ayudar a su pequeña hija de nueve años a recuperarse del golpe que significó el suicidio de su madre, un psicoanalista neoyorquino deja la ciudad y se va a con la niña a vivir a una casa en el bosque. Lejos de ayudarla, el entorno parece alterar aún más a la pequeña, cuyas actitudes se vuelven cada vez más inquietantes. Ella comienza a hablar de un peligroso amigo imaginario llamado Charlie, que amenaza y aterroriza. Al principio el padre no se lo toma en serio.